El intérprete fallece a los 90 años en su domicilio de Villaviciosa de Odón a raíz de un paro cardíaco.
Este madrieño,
que se vanagloriaba de haber nacido en el Salón de Tapices de Goya del
Museo del Prado en 1922, participó a lo largo de su vida en más de
setenta títulos del cine español. Su imagen, que ha quedado vinculada a
toda una época de la comedia costumbrista española, fue recuperada para
la gran pantalla por Santiago Segura, que contó con él en su debut en la
dirección –Torrente, el brazo tonto de la ley (1998)–. Con este papel, el inolvidable Tony Leblanc se alzó con el Goya al Mejor Actor de Reparto, galardón que ya había recogido seis años atrás en su versión honorífica.
Aunque su carrera siempre estuvo
vinculada al género cómico, se inició en la interpretación con un
largometraje dramático. Corría 1945 y Antonio Román le dirigió en su
debut en Los últimos de Filipinas, historia que narraba el
conflicto bélico que tuvo lugar a finales del siglo XIX. La argentina
Celia Gámez le dio una oportunidad en su compañía, lo que le permitió
dar los primeros pasos profesionales en la revista musical y que Luis
Lucía se fijase en él para protagonizar Dos cuentos para dos.
Desde este momento, su carrera se
desarrolló rápidamente, alcanzando altas cotas de popularidad
interpretando a personajes en títulos indispensables de la historia del
cine español: Historias de la radio, de José Luis Sáenz de Heredia; El tigre de Chamberí, de Pedro Luís Ramírez; Los ángeles del volante, de Ignacio F. Iquino; y Las chicas de la Cruz Roja,
de Rafael J. Salvia. En este largometraje coincidió con Concha Velasco,
intérprete que recogerá el Goya de Honor 2013, y con la que compartió
rodaje en numerosas ocasiones: Amor bajo cero, Los tramposos, El día de los enamorados e Historias de la televisión,
entre otras. Velasco aseguró que Tony Leblanc era la persona a la que
ella más debía –“él hizo que yo sustituyese a Nati Mistral en Ven y ven al Eslava, e hizo que pasase de ganar 65 pesetas a ganar 3.500”–.
Leblanc fue poco a poco configurando su
papel de galán cómico, tramposo y sentimental, hasta convertirse en
figura emblemática de la achulada picaresca madrileña en los tiempos del
desarrollismo, dotando siempre a sus personajes de ironía y humanidad.
En los años sesenta continúo su carrera en el cine compartiendo, a
menudo, protagonismo con actores de la talla de José Luis López Vázquez y
Manolo Gómez Bur, creando en 1960 su propia productora y estrenándose
como director en El pobre García, cinta a la que siguieron Los pedigüeños y Una isla con tomate.
Fue éste el único revés sufrido en su carrera, que le llevó a tener que
limitarse, de nuevo, a su labor interpretativa. A partir de los
setenta, comienza a retirarse progresivamente del cine optando cada vez
más por proyectos teatrales. En el medio televisivo intervino en varios
‘Estudio 1’ y en series como ‘Escuela de maridos’, ‘El que dice ser y
llamarse’, y ‘La gran ocasión’. De 2001 a 2008 interpretó al entrañable
kiosquero Cervan en la serie de La 1 de TVE ‘Cuéntame cómo pasó’.
Vivió su peor momento tras el accidente
de tráfico que casi termina con su vida en 1983, pero Santiago Segura le
recuperaría como actor para la gran pantalla en 1998. Torrente, el brazo tonto de la ley
fue solo la primera de las cuatro cintas de la saga en las que
intervino Leblanc. En una entrevista para la revista ‘Academia’ tras su
intervención en la última película de Segura expresó haber estado de
milagro en el rodaje porque tenía una cita con la muerte –“La película
está graciosilla. El reparto, quitándome a mí, está bien. No sé si
estaré en la quinta. Lo malo es el calendario, y como sus Torrentes
tardan varios años, me temo que no voy a poder participar en la próxima
porque tengo un contrato ineludible: me tengo que morir”–.
Hoy, a los 90 años de edad, Tony Leblanc cumplía ese acuerdo y
fallecía en su domicilio de Villaviciosa de Odón, emplazado en una calle
que lleva su nombre desde hace ya algunos años. A raíz de un paro
cardíaco y rodeado de Isabel, su mujer, y sus hijos, le ha llegado la
muerte a este rostro indispensable en la historia del cine, la
televisión y el teatro en España.
Su despedida, tal y como fue su deseo, se celebrará en el Teatro
Fernán Gómez, a partir de mañana domingo a las 09:00 horas, lugar al que
todo el que lo desee podrá acudir para ofrecerle su último adiós. Su
hijo ha declarado que su padre tomó esta decisión “porque allí había ido
él a despedir a la gran Lola Flores”. También ha manifestado que
“dentro de la pérdida y la tristeza, ha sido un absoluto privilegio ver
cómo mi padre ha recibido tantas muestras de amor, admiración y cariño
en vida. No se puede pedir más”. A la pregunta de qué destacaría de su
padre, ha respondido que “toda su vida fue un trabajador nato”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario