El ganador de un Óscar por Volver a empezar, José Luis
Garci, regresa ahora con su particular visión del detective más famoso
del mundo, Sherlock Holmes, y su ayudante Watson, a los que sitúa en el
Madrid del siglo XIX y nada menos que tras la pista de Jack el
Destripador en Holmes & Watson. Madrid Days.
Gary Piquer en la piel del investigador, y José Luis
García Pérez en la de un Watson más seductor de lo que nos tiene
acostumbrados, protagonizan esta cinta alejada de las innumerables
versiones que se han hecho hasta ahora de las aventuras de esta pareja, y
en la que también veremos a Manuela Velasco, Belén López, Carlos
Hipólito, Víctor Clavijo y Enrique Villén, entre otros muchos
secundarios.
Pese a que la crítica no está siendo muy amable con ella, no deja de ser un producto interesante y extraño, que por curiosidad no nos la deberíamos perder... Mas aún si realiza un cameo el actual ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, interpretando a su propio tío abuelo, el compositor Isaac Albéniz. A partir de hoy, 7 de septiembre, la tenemos en la cartelera española.
"No quiero engañar a nadie: no hay acción y este es
un Sherlock Holmes pasado por mí", dice el director, responsable
también del guion, del montaje y de la producción de la película, en una
entrevista con Efe.
"Tengo que refugiarme en lo poco que conozco, que es una manera de hacer cine sin prisas, tranquila, relajada. El que ha hecho El abuelo no puede ahora hacer montajes rápidos, ni meter zoom; eso no tiene que ver conmigo".
Y así, también sin prisas, después de doce años cocinando este argumento que surgió charlando con un auténtico "fan" de Holmes, el fiscal general del Estado, su amigo Eduardo Torres Dulce, Garci ha llegado al final con una obra lenta ("esto no es Guy Ritchie", apunta José Luis García Pérez, un divertido y sexy Watson) y muy bien documentada.
"A mí lo que me va son las películas que no tienen ni principio ni
final", se defiende Garci, para quien esta película hay que buscarla
entre "el fluir de la vida" que es, por ejemplo, El río, de Jean Renoir. Porque "no es comedia, no es drama, no es de misterio,
no es romántica, no es tragedia, no es melodrama... eso (no encontrar
modo de clasificarla) debe tener que ver con la edad, porque yo ya no sé
qué es una película -reflexiona-, qué es lo que provoca a un
espectador".
Garci no solo atesora un Óscar (Volver a empezar, 1982),
sino que sus casi veinte largometrajes, sus Goyas y sus decenas de
nominaciones a los más prestigiosos premios, aparte de sus programas de
cine para la televisión, le han convertido a lo largo de los años en una
leyenda viva del cine español. Y le gusta sentirse antiguo.
Con Asignatura pendiente conectó con su generación, y también con Las verdes praderas o El crack, dice, "pero ahora no sé cómo son los jóvenes", que han cambiado "hasta físicamente". Y apunta que observa esa transformación en los cuerpos de los chavales que patinan por El Retiro, mostrando unos muslos "que no han tenido nunca las estrellas de Hollywood". "Si yo me pusiera a reflejar eso sería un impostor", zanja. La película, que no escatima escenas en las que los políticos se corrompen, especulan y abusan, es también una reflexión filosófica sobre el mal "que todo lo mueve", en un simbólico Jack El Destripador. "Es una reflexión sobre el amor y sobre la amistad", corrige Garci.
"Es muy actual", aporta García Pérez, "porque el final del XIX fue muy parecido a lo que vivimos ahora;
había una crisis económica radical con la pérdida de las colonias, y el
mismo descreimiento, y muchos malos, con un 'Mal' que no se podía
personalizar. Como ahora".
Piquer, que para muchos será siempre el Tomás de ¡Ala...Dina!, ha compuesto, sin fijarse en ningún otro Holmes anterior, un investigador "posmoderno", aunque no le gusta la palabra. "Es premonitorio y también un poco crepuscular, no es el de la gorra de caza, la lupa y la pipa, pero es reconocible", apunta.
Y Belén López es Irene Adler, a la que denominan en la cinta "la cosa más bonita que
se ha visto debajo de un sombrero", una mujer "valiente, libre,
adelantada a su época, que expresa sus sentimientos", y capaz, nada
menos, que de enamorar a Sherlock Holmes, explica la actriz.
"El cine de Garci te puede gustar o no, pero la diferencia entre un 'hacedor' de películas y un artista es el que tiene un estilo propio, y él lo tiene", afirma García Pérez, mientras Piquer añade que a él lo que le gusta de Garci es "que te deja mirar dentro del plano". Sin prisas.
Como decíamos más arriba, no parece ser que sea este el año de Garci, que acumula ya unos cuantos de fracasos, sobre todo en lo que respecta a premios, taquilla y crítica. Una crítica que almacena bastantes adjetivos negativos a esta última cinta del realizador madrileño. Aunque finalmente, seguro que tendrá cabida en los Goya obteniendo ciertas nominaciones en los aspectos técnicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario